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¡Forma a pequeños emprendedores!

Por Plus Empresarial

Descubre cómo desarrollar en tus hijos aquellas habilidades que los llevarán a convertirse en grandes emprendedores.

Ser un emprendedor no es algo que se aprende en las aulas universitarias ni en charlas motivacionales. Para ser un emprendedor es necesario tener el espíritu adecuado, la pasión y las ganas por esforzarse constantemente, intentar sin desistir y trabajar por sus sueños.

Por ello, es necesario educar a los niños y reforzar en ellos las habilidades que los pueden ayudar a despertar ese espíritu emprendedor.

Como padres, inspirar el emprendimiento es despertar y reforzar en los niños aquellas habilidades emocionales necesarias para luchar por lo que desean, tales como la capacidad de adoptar riesgos, la habilidad para resolver efectivamente los problemas y mantener siempre una actitud positiva ante el fracaso.

Para lograr motivar el espíritu emprendedor en tus hijos, lo primero que debes hacer es enseñarles a enfrentar los problemas y resolverlos de manera efectiva. No es una tarea complicada, simplemente, cuando suceda una situación problemática, en vez de salir corriendo a resolverlo todo tú mismo, deja que sean ellos quienes encuentren la solución.

Siéntate a su lado y conversen sobre el problema, luego hagan una lluvia de ideas sobre cómo podrían solucionar, analicen los pro y contras de cada opción y elijan la mejor.

Pero, como buen padre, sabes que llegará el momento en que tendrá que enfrentarse a su primer fracaso y a la sensación de haber tomado la decisión equivocada. En esos momento debes enseñarles a mantener su voluntad, a enfrentarse al fracaso, aprender de este e intentar de nuevo.

¿Cómo? Enséñales que la crítica es una oportunidad de aprendizaje y no una reprimenda, demuéstrale que puede aprender de los errores realizando un análisis de lo que salió mal y una lluvia de ideas sobre cómo podrían solucionarlo. Así, en vez de críticas molestas el niño se llevará consigo una buena carga de aprendizaje.

Y si bien son niños, ello no significa que no exista decisiones que puedan tomar por sí mismos, enseñándoles a ser independientes desde pequeños. Por ejemplo, cuando aún son pequeños, puedes darle a elegir entre brócoli o espinaca para la cena, o permitirles que seleccionen su propia ropa. Así, los estás exponiendo a lo que se siente tomar una decisión, y sentirse cómodos con ello.

No olvides también que debes limitar las opciones, puesto que si encuentran demasiadas podrían terminar sintiéndose abrumados. Además, conforme vayan creciendo se sentirán más cómodos tomando decisiones cada vez más importantes.

Y es que tener la capacidad de tomar sus propias decisiones le enseñará a tus hijos a sentirse cómodos al enfrentarse a grandes riesgos en el futuro, ya que desde jóvenes habrán experimentado la libertad de conoces sus propios límites y dominar sus miedos.

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